ALICIA FRAMIS (Barcelona, 1967)
Del 14 de septiembre al 31 de octubre de 2013
La exposicion comienza con un rumor de fondo, los dibujos de “Departures /Salidas” (2010-2013). Son dibujos a lápiz de paneles de aeropuertos donde los destinos de los aviones responden a ciudades utópicas y lugares imaginarios de la literatura, la filosofía, el cine de ciencia ficción o la historia de la arquitectura. Entre los destinos vemos vuelos directos a la Ciudad Radiante (de Le Corbusier), Planet X, Metrópolis o Utopia. Entre un vuelo y otro, se cuelan ideas de escapismo, memoria y represión. Estos dibujos tienen que ver con la obsesión de salir de la rutina e inventar nuevas maneras de vivir, de socializar, de amar.
Las maquetas “Planta y Volumen de Habitaciones Prohibidas”, 2013, son la planta y el volumen de un edificio imaginario donde existen habitaciones prohibidas para diferentes culturas del mundo.
“The Room to Forget/ Habitación del Olvido” , 2013. Es una de las Habitaciones prohibidas. Se trata de una habitación cúbica transparente llena de Metyrapone en polvo. El Metyrapone es la medicina que tiene el efecto de hacer olvidar, que sirve para bloquear memorias de contenido significativo, dejándolas neutrales, en un estado de uso normal. Es la primera vez que Framis presenta esta obra.
Sus virtudes para la curación de víctimas de conflictos, como los soldados tras la guerra, hacen que su aplicación sea plausible para cualquier persona que haya sufrido un trauma intenso. La habitación sirve como detonante para preguntarnos si queremos olvidar lo que en su día nos hizo daño o si forma ya parte de nosotros. Pero despierta una duda: ¿Seríamos capaces de vivir sin malos recuerdos? ¿Qué papel tienen la memoria y el dolor en cada uno de nosotros? Esa búsqueda de la felicidad y de la libertad es también parte de la literatura utópica.
Por otra parte la pieza funciona como un Antimonumento, ya que contemplamos la pieza no para recordar, sino para olvidar.
La artista propone un lugar moral en el que cualquiera pueda decidir si quiere enfrentarse a sus recuerdos o si prefiere, definitivamente y por vía artificial, eliminar de su vida una parte de su experiencia.
Por si decidimos no tomar Metyrapone y recordar, Framis nos invita a otro cuarto, “Screaming Room / La habitación del grito” (2012-2013).
La habitación es una caja enorme de transporte de arte, de madera, en la que entras y gritas y lo que contiene por unos segundos es tu grito, esa es la obra de arte… y cuando salimos del cuarto, una impresora imprime el grito en forma de taza de té, cada taza diferente, al igual que nuestro original grito.
Como la energía no se destruye sino que se transforma, gracias a una impresora 3D el grito se transforma en una taza de té, que se hace en 20 minutos. Cada persona tiene un grito único y por tanto una taza de té única. Cada visitante se puede llevar la taza de té que su grito produzca.
Esta pieza surge de la necesidad de hacer una habitación para la sede de un banco en Holanda. Los trabajadores del banco podían ir a esta habitación y desfogarse.